21 de mayo de 2011

Material quirúrgico






Quedé con el en un conocido centro comercial, a las 2 de la tarde. Era un miércoles, y a esas horas no había apenas gente.
Llegué antes, (todavía me asombro de lo puntual que llego a ser), y esperé en la entrada de los cines.
Habíamos estado juntos por primera vez hacía ya mas de un mes. Yo todavía no tenía muy claros mis sentimientos. No se si me gustaba, si me encantaba, si necesitaba la paz que me otorgaba su dulzura, o si sólo quería follar con él.
Pero cuándo le vi aparecer a lo lejos, lo supe. Me gustaba mucho, quería su dulzura y quería estar entre sus brazos y que las pocas horas que íbamos a disfrutar los dos, no acabaran nunca.

Me saludó con un beso en la mejilla. Me sorprendió bastante, aunque supuse que era por su timidez y porque a muchas personas no les gusta exhibir muestras de amor en público. ¿Amor? ¿he dicho amor?.
Bajamos al parking, el cogió su coche y yo el mio. Le seguí hasta que paró en la puerta de un supermercado. Bajamos y mientras él fue a comprar los ingredientes para la comida, yo fui a escoger un buen vino. No me costó mucho encontrar uno que nos pudiera gustar a los dos. Un Rioja, potente, afrutado y bastante caro.

Subimos en ascensor hasta su casa, un tercer piso, creo recordar. La casa es grande para un soltero. Una cocina enorme, amueblada en una melamina de alto brillo, encimera de Silestone y unos electrodomésticos de acero inoxidable. El salón, con un sofá amplio y un mueble minimalista, en el que destacaba un televisor de plasma.
La habitación ya la conocía también. Sencilla y acogedora. Tan sólo tenía un futón y dos mesillas de noche. La luz que entraba por la ventana era tenue, incluso me atrevería a decir que un poco lúgubre.

Mientras yo dejaba mi bolso en la mesa del salón, vi de reojo como se acercaba a mi por la espalda. Yo ya estaba preparada, y aún así, el contacto de sus manos sobre mi cintura fue estremecedor. No me di la vuelta, no quería mirarle, quería dejarle hacer mientras yo esperaba ansiosa sus caricias. Empezó a besarme en la nuca, mientras sus manos iban subiendo despacio hasta mis pechos. Tocó mis pezones que estaban duros y erectos, necesitaban salir del sujetador, pedían a gritos atravesar mi camiseta. Cogió mi barbilla, y echó mi cabeza hacia atrás. Lamía mi cuello, a veces mordía, a veces besaba.

Bajó su mano desde mis pechos hasta mi pubis. Metió la mano dentro de mi falda y de mis bragas. Al notar mi excitación, empezó a ponerse más violento. Sus manos ya no palpaban con delicadeza, eran bruscas, buscaban mi vulva con prisa, con ansia, con rapidez. Sus dedos entraron en mi vagina que ya estaba abierta para recibirlos. Uhmmmmm... ya no quería sus dedos, yo quería su lengua, quería su polla, quería que me destrozara entera. Con fuerza, rabia, violencia.
Tal y como estábamos, fuimos andando hasta su habitación. Allí de pie, los dos frente a la cama, empezamos a besarnos. Su lengua se movía ágil, buscando la mía, lamiendo mi paladar, mis dientes, mis labios. La saliva recorría mi barbilla. Los dos húmedos, los dos sincronizados, caímos sobre la cama.
- Nena, date la vuelta- me dijo.
- ¡Mi postura favorita!- pensé yo.

Deseando que me la clavara, me puse a cuatro patas sobre la cama. Baje mis hombros hasta poder apoyar mis codos, y abrí bien mi coño, dispuesto a recibirle.
Giré un poco la cabeza para poder verle. Me miraba fijamente mientras se quitaba la ropa. Su polla era perfecta, unos 20 cms de larga calculé, y con un grosor considerable, pero no grotesco. Acarició mi coño y se lamió los dedos. Se cogió la polla y me mostró el glande. Me habría dado la vuelta y se la hubiera comido sin parar, pero no era eso lo que él quería.

- Vas a ser mi putita, ábrete más-

Puso sus manos sobre mi culo y empezó a frotar su polla en mi coño. Yo deseaba que la metiera ya, que me cubriese entera, pero me hizo esperar y sufrir un poco más. La metió un poco, - lo justo para volverme loca- y la saco muy despacio. Volvió a hacer lo mismo unas pocas veces. Yo gemia, mientras apretaba mi cara contra una almohada.
¡Oh! Cuándo entró dentro de mi por completo, quise gritar, pero no lo hice, solamente reí.

- No te voy a comer el coño, quiero que lo sepas. Pero te voy a follar hasta que mi polla te salga por las admigdalas -.
- ¡Que barbaridad! ¡Si no la tiene tan larga!. Seguro que me destroza- me dije.

Una brocheta de pavo fui. Mi coño estaba tan húmedo que entraba y salia sin dificultad. Las embestidas fueron deliciosas a la par que rudas. Sujetaba mis caderas mientras me follaba una y otra vez, la clavaba hasta el fondo de mi ser. El orgasmo fue largo e intenso. Sacó su verga, y se corrió sobre mi culo. Notaba el líquido espeso resbalando hacía mi ano, que también estaba preparado por si quería correrse dentro.
Pero ahí terminó.
Ahí estuvimos tumbados en la cama, fumando un porro durante un buen rato. En silencio, abrazados. Yo pensaba que había sido un polvo excelente, y apuesto a que el sentía lo mismo.
Dejé que recuperara fuerzas, y yo, que soy de las que quieren marcha sin parar, me subí encima de él, y cabalgamos juntos. Otro polvo sublime.
Volvimos a descansar, a fumar otro petunio, y a dejarnos llevar por el placer sentido y compartido.
Descansa otro poquito, venga que hoy vamos a triunfar los dos.
Me comió el coño, con avidez, con ganas, vamos... como se tiene que comer un coño. Me corrí en su boca, y directamente pase a hacerle una mamada gloriosa. Lamí su glande, metiendo mi lengua por cada pliegue, y le masturbé hasta que se corrió. Yo tragué todo su semen, notaba como me escocía mucho la garganta, pero era mio. Tuve mi premio por portarme bien.

Adoro esa polla. Me gustaría cortársela y conservarla en un tarro, con formol. Sacarla de vez en cuando y masturbarme con ella.
Estoy deseando verle de nuevo.

¿Alguien me presta material quirúrgico?



29 de marzo de 2011

Olfateando ando...



Siempre queriendo captar la esencia de cada uno de los hombre con los que estaba.
El olor en su piel, su cabello, su ropa, en todo lo que tocaran sus manos.
Cual Jean-Baptiste Grenouille iba absorviendo cada aroma.
Daba igual una fragancia de Clive Christian, de mil setecientos euros, que una colonia barata comprada a granel en cualquier centro comercial.

La cuestión era olfatear como un sabueso, lamer cada centímetro de piel, y restregar su cuerpo contra el otro para quedar impregnada de todos los efluvios de sus partenaires.
Tanto era así, que tenia imbuída la memoria de cada uno de ellos. Todos supieron dejar su rastro en ella, de una manera u otra.

Olía las feromonas de los hombres que estaban calientes en extremo ("Llevo excitación"), y se lanzaba con las garras bien afiladas y sin miramientos a sus presas.
Pero su olor preferido era otro...
Aquel que llega en el momento más cálido, que os provoca contracciones en muslos y caderas, que hace que vuestros latidos sean cada vez más fuertes y que la tensión arterial suba por unos instantes.
El olor del semen, tan subjetivo según en que momentos, era lo que ella necesitaba día si y día también.

El olor, intenso a veces, afrutado en algunas ocasiones, le hacía que sus otros sentidos mermaran notablemente.
Nunca dejaba que eyacularán en su vagina o en su culo. Siempre quería que se corrieran en su boca, le gustaba tragarlo todo, y si la corrida era muy grande, extendía el semen por sus tetas y su vientre, mientras cerraba los ojos y relamía sus labios.

Frecuentaba todas las mañanas una cafetería del centro, dónde captaba nuevas presas. No importaba ni clase social, ni aspecto, ni cultura, ni edad. Sólo atendía al aroma que fluía de aquellos seres maravillosos para ella.
Ella observaba... pero no sabía que también era objeto de deseo de alguien.

Se acercó a su mesa, ella miraba hacía otro lado, pero cuándo ese hombre estaba a 5 pasos de Sarah, le olió, giró la cabeza bruscamente, y clavó sus ojos en los de él.
Identificó al instante, que no llevaba perfumes artificiales, que usaba un suavizante para la ropa de lavanda y que estaba en un momento de gran excitación.
Ella también lo estaba. Tenía ante sí a un hombre de 1,90 aproximadamente, 85 kilos de peso, pelo moreno, barba bien afeitada y manos grandes.
Le gustaban las manos grandes, porque ella tenia unas tetas enormes, y necesitaba manos que abarcarán bien, que sujetarán y aguantarán el peso que se les venía encima.

Sarah se levantó, y sin mediar palabra, cogió de la mano a ese pedazo presa y salió a la calle rápidamente.

-Para un poco, no corras- dijo él.
Ella sólo le miraba a los ojos, mientras se mordía el labio. Señal inequívoca de que quería tragar lo antes posible.
- Ven a mi casa. Vivo aquí al lado. Sólo tenemos que caminar cinco minutos- le susurró al oído.
¡Sarah.. oh, Sarah!!
Ya tenía la piel de gallina, los ojos abiertos al máximo y la baba colgando de pensar en lo que iba a recibir.

Efectivamente, no tardaron mucho en llegar a casa de la presa. Subieron las escaleras, vivía en un segundo piso. Era un edificio antiguo, se veía que los años habian pasado dejando grietas, manchas de humedad, y pintura descascarillada en todas sus paredes.
Llegaron al fin a su casa. Él abrió la puerta y ante ella apareció un enorme pasillo. Una casa grande, con el techo muy alto y toda pintada de blanco.

A Sarah, no le hicieron falta explicaciones ni indicaciones de dónde estaba el dormitorio. Lo olió.
Cogidos de nuevo de la mano, se adentraron en el cuarto. Había mucha luz. Eso le gustaba. Las persianas estaban bien abiertas y dejaban pasar una luz difuminada, casi angelical, debido a unos stores en blanco nuclear.

-No me vas a follar- dijo Sarah, mientras le quitaba la camiseta y los pantalones.
-Tampoco me gustan los preliminares, no me hacen falta-, en ese momento le quitó los calzoncillos.
- No busco nada de eso, Sarah- murmuró él.
- ¿Ah, no?- respondió entre sorprendida y asustada.

¡Asustada!. ¡Tenía miedo por una vez en su vida!.

-Déjate llevar preciosa.
- Bueno, depende que lo que vayas a hacerme.
- Te voy a dar todo lo que te gusta.
- ¿Sabes que es lo que me gusta?
- Si, claro que lo sé. Te conozco desde hace tiempo.
- ¡Pues yo no te he olido en mi vida!.
- Ahora vas a oler y comer todo lo que quieras.

Ella no podía apartar la mirada de ese falo perfecto. Grande, grueso, tieso hasta el máximo ya.
Se puso de rodillas y empezó a comérsela, despacio al principio, con las manos agarrando fuertemente, no se fuera a escapar.
Su lengua se movía sin parar, apretando, lamiendo, buscando. Sus manos ya trabajaban rápido también.
Él no hizo en ningún momento amago alguno de tocarla. Se mantuvo de pie, mirando fijamente como Sarah le comía la polla y sonriendo.
Ella alzó la cabeza un momento, quería ver la excitación de él. Pero sólo vio una sonrisa y una mano que le apretaba la nuca y le llevaba la cabeza de nuevo contra esa preciosa polla.

- Come un poco más, Sarah.
- Mmmm.. sid.. edpeda que ahoda vad a coddedte en mi bodca- contestó con la boca llena. (Mal educada).

Según dijo eso, un bofetón en toda la cara, la tiró hacía atrás.
¡ZAS!. Y en el suelo se quedó aturdida por un momento, con la boca sabiéndole a polla y el olfato disminuido del tremendo golpe que había recibido en la nariz.
Le sangraba abundantemente, y en el momento que estaba limpiándose con sus ahora torpes manos, aquel hombre la cogió por los brazos y la tumbó sobre la cama.
Abrió la mesilla y saco una mordaza.
Ató las manos de Sarah al cabecero de la cama, y seguidamente introdujo la mordaza en la boca de la pobrecita olfativa.
Desapareció por unos instantes, y regresó con unos botes de muestras, llenos de un liquido blanco, beige, rosado.. en fin.. variada era la paleta de colores.
En total llevaba quince botes.
Todo el contenido de aquellos, fue tragado por Sarah. Hasta la última gota.
- Te veo todos los días en el banco de semen- dijo él- Yo soy donante, y he estado almacenando esto para ti, durante meses.

Cuándo Sarah despertó, atontada y rellena como un profiterol de nata, se fue a casa.
Ya no quería tragar más semen. Se tomó dos cucharadas de sal de frutas y a dormir como una niña buena que se lo ha comido todo.

Es lo que tienen los empachos, que te pueden sentar fatal.


Nota del autor: No sintais vergüenza por lo que escribo. Son palabras e imágenes que fluian en mi mente. A la espera de que vuelvan a aflorar, seguiré recuperando mis viejos relatos.


5 de marzo de 2011

¿Unas risas? "Weird Al" Yankovic



O te gusta o no le soportas, pero es indudable que no resulta indiferente a nadie. Yo le conocí hace unos 18 años aproximadamente, cuándo adaptó la canción "Beat it" de Michael Jackson. En ese momento yo no le ví la gracia, porque yo era muy fan de Jackson, y me resultó incluso ofensivo. Cosas de la edad, supongo. Ahora todo lo que hace me resulta gracioso y original.
Es un amante de la polca, (si, habeis leido bien), y cuándo le veo tocar el acordeón, no puedo evitar acordarme de Steve Urkel (Jaleel White), vestido de tirolés, con las medias hasta las rodillas y el sombrero con plumita. Aunque he de apuntar que la polca es de origen Checoslovaco.

1. Smells like Nirvana

Después de escuchar a Pitingo y a Ramoncín, versionando temas de Nirvana, sin duda me quedo con esta adaptación, que no versión, ojo. Risas garantizadas.





2. y 3.  The saga begins y Yoda

El primero es una adaptación de la canción de Don McLean "American pie",  en la que hace una parodia de "La amenaza fantasma" (Episodio I, de Star Wars).
(Subtitulada)





Yoda, es algo que se le ocurrió a Weird, en un momento de paroxismo creativo, jajajaja.
(Va con karaoke incluido, por si os da por hacer unos gorgoritos)





4. Ebay


Otra adaptación, esta vez de la canción de Backstreet Boys "I want it that way". No encuentro un video oficial de este tema. Pero buscando, buscando encontré este que viene subtitulado y es bastante gráfico.




5. White and nerdy

Este es mi favorito de todos. Yo lo traduciría como "blanco y friki/gafapasta". Es un parodia de la canción y el video "Riding" del rapero Chamillionaire. El nerd, se queja de que no puede ser amigo de los "gangsta". No tiene desperdicio. Y si os apetece, podeis buscar la canción original. Buenisimo, buenisimo.







6. Living with an hernia


Ya sólo el título me descojona, jajajaja.
Es un parodia de la canción "Living in America" de James Brown.
(Subtitulada)








7. Amish paradise


Otro de mis favoritos. Adaptación de la canción "Gangsta paradise" del rapero Coolio, que formó parte de la banda sonora de Mentes peligrosas (Dangerous minds). Aquí parodia la vida de los Amish.





8. Fat

Weird, debe ser un fan de Michael Jackson, porque esta es la segunda adaptación de una de sus canciones, en concreto "Bad". El más conocido y que le dió la fama fué "Beat it", pero está muy visto y ya no me hace tanta gracia.






9. Another one rides the bus


Otro título que ya me hace gracia al asociar las canciones. Es una parodia de "Another one bites the dust" de Queen. La canción es una polca y la actuación es en directo. Yo he llorado de risa al verlo. ( A partir del 1:00')







10. Bob


No os perdais el video, por favor. La letra de la canción esta compuesta enteramente de palíndromos. Una verdadera gozada.









Este post se lo dedico a mi chico que es un fan de Weird Al Yankovic, y se que va a pasar un buen rato con lo que conoce, y con alguno que desconoce.

26 de febrero de 2011

El mejor




Soy un espíritu libre, así me gusta definirme.
Nadie me dice lo que tengo que hacer, nadie se atreve a llevarme la contraria,
y el que lo hace, se puede llevar un buen golpe en toda la boca, por
tenerla demasiado grande.
Soy el amo, soy el centro de atención en las reuniones de amigos, soy
el gracioso, el que cuenta los mejores chistes, el que se lleva a las
tías más buenas.
Soy lo que ellas dicen: "un auténtico cabronazo".
¿Y?. ¿Algún problema?

No me dan ninguna pena. Disfruto cuándo se ponen a lloriquear porque no quiero volver a verlas. Me gusta disponer de ellas, usarlas un rato, consumirlas de placer, hacerles creer que hay algo más, que se sientan confiadas para lograr lo que me interesa. Un buen polvo.

No quiero ataduras, no me hacen falta. Hay muchas mujeres que piensan como yo, pero todavía queda alguna incauta que se cree que me voy a enamorar de ella. Esas son las mejores.
También las hay que van vestidas para matar, enseñan tetas, piernas,
carnaza. Te ponen cachondo, se te infla la polla, y cuándo vas a meterles mano, te dicen que es muy pronto para follar, que mejor esperamos a la siguiente cita, que quieren conocerme un poquito más.

A esas, zorras calientabraguetas, a esas las espero. Y cuándo llega el
momento de empalarlas, las ato a la cama y me las follo por el culo.
Gritan, se retuercen, lloran. No esperan que una polla de 22 centímetros las atraviese de tal forma.

Mientras lloran las azoto con toda la fuerza que puedo. Y cuándo termino de correrme, me gusta abofetearles la cara. Les hago arrodillarse ante mi.
Les exijo que me pidan perdón. Y las muy putas lo hacen.
Luego se van a sus casas sollozando, con las bragas mal puestas, y los pantalones a medio abrochar.
Dicen que me van a denunciar, pero yo soy más listo que ellas.
No pueden hacerlo porque ya me ocupo yo de no dejar marcas.
Ellas son las culpables.
Me hacen enfurecer, sacan lo peor de mi. Si se hubieran dejado follar desde el primer momento, no las hubiera atado a la cama.

Mi polla es mi universo, mi Dios particular, el centro gravitacional de mi existencia.
La cuido, la mimo, si la tuviera unos centímetros más larga creo que hasta me la chuparía. Alguna vez lo he intentado, pero mi flexibilidad no da para tanto, sólo pude rozar el glande con mi lengua.
Me gusta depilarme, así da la sensación de ser más grande de lo que es.
La cojo con mi mano izquierda y me masturbo a diario, incluso los días que tengo sexo. Soy un esclavo de mi verga.

Ayer mismo, mientras me tomaba unas copas en el pub que hay debajo de mi casa, me camelé a una morena tetona. Era impresionante. Nada más ver como andaba, se me puso
dura. Llevaba un pantalón pitillo ceñido, y un top de tirantes ajustado. Las tetas asomaban un poco por el escote. Parecía una mesonera.

Estuve observándola durante un buen rato. Me estaba poniendo enfermo. Hablaba sin parar con una amiga que era más fea que pegar a un padre.
No podía apartar la vista de sus labios, carnosos, húmedos. Esa boca tenía que ser mía, y de mi polla.
Ella se dio cuenta de que la estaba mirando y comenzó el juego femenino de la seducción.
Adelantó sus caderas, se puso más erguida todavía. Uhmmm... adoro los mensajes visuales.

Ya no podía aguantar más.
Me acerqué a la barra, me senté a su lado y le pregunté su nombre. ¿Para que andarme con rodeos?.
La amiga, de inmediato, pasó a un segundo plano. Así son de putas las mujeres.
Cuándo ven a un tío bueno que quiere rollo con ellas, les da igual que su amiga se pudra de asco.

Después de tomarnos varias copas, no se exactamente cuantas, le dije que si quería subir a mi casa.
Sin pensárselo dos veces me dijo que si, que tenia ganas de echar un buen polvo, le dijo algo a su amiga al oído y se levantó de la silla.
¡Será guarra!. Pero así me gustan, que no lo piensen, que sean decididas, que busquen lo mismo que yo.
Allí se quedo la pseudo amiga, sentada en la barra, con cara de idiota. A ver si viene un feo y le da lo que se merece.

Fuimos directamente a mi habitación.
Yo no podía dejar de mirar sus tetas. Tenía los pezones erectos, y en ese momento quise morderlos.
Le bajé el top, hasta que quedó por su cintura, desabroché el sujetador con una mano.
Quedaron libres de su prisión, erguidas para mi, pidiendo ser lamidas una y otra vez.
Todavía siento el sabor de sus pezones en mi boca. Grandes, turgentes, duros.
Ella me sujetaba la cabeza y la apretaba contra su pecho fuertemente, yo me estaba asfixiando, pero seguía comiendo.
Mis manos amenazaron a bajar hacía su pantalón. La desnudé por completo, solamente le dejé las bragas puestas. ¡Era una diosa!.

Extendió sus brazos, en señal de que me acercará a ella.
Mi polla asomaba por el calzoncillo, estaba húmeda, lubricada, lista para poseer a aquella preciosidad.
Mi lengua buscó su lengua, lamí su paladar, me enredé en ella, me tragué su saliva, ella tragó la mía.
Era salvaje, me mordía los labios, los succionaba otras veces. Yo estaba sin control, quería que me comiera la polla, y se lo dije.
Se arrodilló, desabrochó mi pantalón, me lo bajó hasta los tobillos junto con mi slip.
Agarró mi verga con fuerza, y la introdujo en su boca hasta la campanilla. Se notaban sus arcadas, pero la muy zorra quería más.
Le agarre de la cabeza, y no esperé a que ella se moviera, lo hice yo. Moví mi pelvis hacia delante y hacia atrás, ritmicamente, ella solo tenía que tener la boca bien abierta.
Estuve a punto de correrme en su cara, pero aguanté.
Quería empalarla.

Se levantó, me miró fijamente a los ojos y me dijo:
- No sabes como me gusta tu culo.
- ¿Si, nena? A mi me gusta el tuyo, y quiero probarlo.
- Lo vas a probar, pero primero lo haré yo.

Cuándo desperté, estaba atado al cabecero de la cama, boca abajo y con un dolor en la nariz insoportable.
Un dolor que me subia hasta los ojos y acababa en mis sesos.
Escuchaba voces y risas, pero no podía ver bien, tenía la mente confusa.

Alguien se subió en la cama, me levantó las caderas y aprisionó mis piernas con las suyas. Era fuerte.
Se acercó a mi oído y me dijo.
-Vas a tener lo que más te gusta-
Era la hijaputa morenaza tetona.
-¡Pero que coño es esto!- grité yo.
-Coño no, mi vida, polla.

Me rompió el culo, ni vaselina ni ostias. A palo seco.
Creí que me rompía por dentro. Entró y salió de mi tantas veces que quise morirme en ese instante.
Reía y jadeaba hasta que se corrió dentro de mi.
Se bajó de la cama, se acercó, me dio la vuelta retorciéndome los brazos. Las ataduras me hacían daño.
Yo comencé a sollozar, esto no me podía pasar a mi.

De nuevo alguien se subió encima de mi. Miré de frente, y era su amiga, la fea.
Fue arrastrando sus rodillas por el colchón hasta que su polla estuvo a la altura de mi cabeza.
La morenaza, me incorporó un poco, y su amiga metió su verga en mi boca.
- Mamón, ¡come!.
Comí, mientras cerraba fuertemente los ojos, y las lágrimas resbalaban por mis mejillas.
Me lo tragué todo, no pude escupir porque la fea apretaba mis mandíbulas, casi ni podía respirar.

Se vistieron, mientras comentaban la jugada. Me insultaban, me escupían a la cara.
No podía creer lo que me estaba ocurriendo.
Yo..., ese no era yo. Era una pesadilla. Tenía que despertar.
¡Venga, despierta!, ¡gilipollas!.
Pero estaba despierto, con dolor de nariz, de cabeza y atado a la cama.
Con el ojete abierto de por vida, y con ganas de llorar.

¡Que putas son todas!



25 de febrero de 2011

¡¡Censura, censura!!





Llevo bastante tiempo deseando realizar este post, y la verdad es que me siento indignada. Los que recortan, los que no nos dejan ver, los que coartan, a veces se salen con la suya.
Es una lástima que algunos videos hayan desaparecido por completo, y sea cuasi imposible encontrarlos.

Es el caso del video con el que me hubiera gustado empezar este post.
Se trata de "Sex dwarf" de Soft Cell.
Hace unos meses pude verlo, incluso pude ponerlo en mi facebook. Pero... ahora no se encuentra disponible, ni siquiera en algún blog que he estado viendo, y que su propietario había guardado de forma privada.

El video en cuestión es una recreación sado/maso de un matadero. Dave Ball aparece blandiendo una sierra mecánica, cortando una vaca muerta, mientras que Marc Almond, se refriega con todo ser viviente. Vestidos con cuero, cadenas y fustas.
Es una pena no poder mostrarlo. Merece la pena el video y la canción.
Se inspiraron en una noticia de un periódico británico, en la que se decia que "un enano del sexo, había incitado a 100 chicas de una discoteca a una vida de vicio"... juas, juas, juas.
Cómo no tengo acceso al video, pongo una actuación en directo.

1. Sex Dwarf - Soft Cell




2. Relax - Frankie goes to Hollywood

Bueno, yo aquí si que alucino. El video se censuró en su tiempo porque salía un hombre obeso con un suspensorio. ¿Reimos o lloramos?. Pues bien, hay un video circulando en youtube, que si lo llegan a poner en esa época, a más de uno le pega un jamaco. Es una actuación en la que salen todos con su estética sado en un ring. Van los dos:







3. Madonna - Like a prayer y Justify my love.

La diosa del pop, según dicen algunos. Que quereis que os diga, que hace siempre lo que le sale del mismísimo y a mi me encanta.
Like a prayer se censuró en su momento porque Madonna en el video sentía un interés más allá de lo religioso por una figura de un santo.






Y Justify my love se censuró porque la Doña se follaba a su novio y a una amiga. Bien, bien.




4. Jeremy - Pearl Jam


Narra una historia real y bastante triste ocurrida en Texas. Un niño de 16 años, llamado Jeremy Wade Dalle se suicidó delante de sus compañeros de instituto. Hay dos versiones de este video, (el cuál ganó 4 premios MTV, uno de ellos al mejor video. Posteriormente MTV decidió cortar la escena en la que Jeremy introduce la pistola en su boca), una realizada en 1991 y la segunda en 1992. Aquí la censura ha sido categórica. No se puede encontrar el video con la imagen censurada. Va el de 1992:




5. Coma White - Marilyn Manson

El video es una recreación del asesinato de JFK.
Los protagonistas son el mismo Marilyn, en el papel de Kennedy y su por entonces novia Rose McGowan (algunos la recordareis por la serie "Embrujadas" ) en el papel de Jacqueline Kennedy. El estreno del video se aplazó por que coincidió con la masacre del instituto Columbine, y la muerte de John F. Kennedy Jr.



6. Hurricane - 30 Seconds to Mars

Este en realidad es más que un video músical, es un mini-film o corto. Aquí hay mucha tela que cortar, la verdad. El video fué censurado por la basurilla de MTV. Se llegaron a cortar unas 30 escenas, debido a su carga ¿violenta? ¿sexual? ¿lésbica? ¿sado?. Jared Leto, (líder de la banda y actor) puso el grito en el cielo. Normal... sus videos son de lo mejor que he visto en los últimos años.
Yo estuve en el concierto que dieron en Diciembre del 2010 en Madrid, en el que Jared agradeció y se sentía feliz, de que en nuestro pais se pudiera ver el video sin censuras. No en la MTV, claro está. En otra cadena, en concreto.




Apunte: No vayais a ver a 30 Seconds to Mars en directo. Vais a cantar las canciones vosotros, porque Jared es un grillo.



7. Protège Moi - Placebo
Este si que es explícito, sexualmente hablando. Aquí podeis ver de todo, comiditas, lesbico, orgías. En youtube ni lo intenteis, of course.



Videos tu.tv


Ya me he cansado. Hay muchísimos videos censurados, pero lo dejaré para otro post, si me encuentro con ganas de investigar.
Supongo que hoy podreís visualizar los videos... mañana... ¡¡quien sabe!!
¡¡Sensura, sensura!!

23 de febrero de 2011

Fumando los minutos





Aquella tarde Natalia necesitaba salir de casa.

Hacía días que se había separado de su marido. Una ruptura anhelada por parte de ella.
El susodicho hacia tiempo que no le dedicaba un momento de su tiempo. Ella pasaba sola en casa todo el día, y cuándo él llegaba de trabajar, tan sólo un "hola, ¿que tal?", era lo que se escuchaba en aquella casa. Se sentaban los dos juntos a ver los programas basura que echan por la tele, después cenaban y él se iba a la cama, mientras ella dormitaba en el sofá, con el mando en la mano, intentando buscar algún canal por la TDT, en el que pusieran alguna película porno.

Ese era su desahogo. Tenía que masturbarse noche si y noche también. Porque aunque su marido si tenía ganas de follar con ella, a Natalia no le apetecía lo más mínimo que un ser, que ni siquiera era capaz de conseguir articular dos frases coherentes, le metiera la polla. Incluso le daba asco que la besara.
Cuándo rompieron, parece que él se sintió aliviado, y Natalia feliz. Ya se había quitado de la espalda el fardo de 25 kilos que llevaba desde hace tanto tiempo. Ahora podía caminar erguida, sin carga y mirando al frente.

Arrancó el coche, puso la música a un volumen alto, encendió un Marlboro y se fue sin rumbo predeterminado. Sólo quería conducir un buen rato, e ir a algún sitio dónde no hubiera estado antes.
Llegó a las afueras de Madrid, y subió un puerto de montaña.
Ya estaba anocheciendo y las vistas desde allí eran magnificas. El sol, que ya proyectaba unas luces ocres y anaranjadas, se iba escondiendo tras los pinos que se alzaban majestuosos a ambos lados de la carretera. Necesitaba guardar en su memoria cada segundo de ese pequeño viaje, quería beberse la vida en un trago y que la libertad que sentía en ese momento la cubriera como un manto.

Llegó por fin a lo más alto del puerto, había un mirador, y allí decidió parar y salir del coche para respirar el aire limpio de la sierra.
Se apoyó en la barandilla y perdió su mirada de ojos azules en el horizonte. Hacía mucho frío, pero no le importaba porque en ese momento se abandonó al paisaje y a ella misma. A sentirse por dentro, a notar como latía su corazón, a notar su respiración profunda y las lágrimas que empezaron a rodar por sus mejillas.

Encendió otro cigarrillo, cerro los ojos y empezó a recordar. Quería pensar en su último amante, el que le esperaba todos los miércoles a la misma hora en un hotel de carretera. Uhmmmmmm.... era tan dulce y a la vez tan salvaje. Él suplía todas las carencias emocionales que Natalia tenía. Hablaban durante horas, reían, compartian, y si ella tenia un día triste, el siempre estaba disponible para acariciarle la cara y el cabello mientras ella lloraba por lo desgraciada que se sentía.

En esta ausencia de cuerpo y alma, Natalia recordó su primer polvo con Mario. Los dos frente a la cama de ese Hotel, besándose suavemente, abrazados balanceando sus cuerpos de un lado a otro muy despacio. Después la fuerza, el deseo, las ganas de comerse el uno al otro. Esos besos que son interminables, el preludio de algo brutal.
Él le quitó el vestido minúsculo que ella llevaba puesto, le desabrochó el sujetador con ansia de lamer esos pezones que ya había notado duros sobre su pecho. Ella se dejaba llevar, se sentía tan deseada y tan necesitada que no podía hacer nada. Era suya, que hiciera con ella lo que quisiera. La tumbó sobre la cama y Mario empezó a desnudarse mientras ella no cesaba de mirar ese cuerpo perfecto.
Una vez desnudo, cogió sus piernas y las abrió con rotundidad, alargó sus manos hacia los pechos de Natalia, y comenzó a lamer el interior de sus muslos, siguió avanzando hasta los pliegues de las ingles, y de repente le pegó un lametón en el coño. Con la lengua, separó los labios externos y dejo a la vista todo lo que iba a comerse en ese instante. Desde la entrada de la vagina hasta el clitoris, los lametones eran interminables, el movimiento de la lengua, feroz, los besos suaves y los mordiscos intensos.
Ella reía, gemía, y le suplicaba que no parase nunca, que siguiera. Era su esclava en esos instantes. Él lo sabía y sólo pensaba en darle placer. Mario estaba tan excitado como Natalia. Su polla estaba pidiendo a gritos el calor y la húmedad de una vagina carnosa y sedienta de un buen polvo. Cogió su miembro con una mano, y lo frotó sobre el coño de ella, simulando a veces la intención de entrar, metiendo tan sólo la puntita del iceberg.

Natalia le pedía casi a gritos que se la metiera, que ya no podía aguantar más. Quería sentirle muy dentro, que su polla la embrochetara una y mil veces. Por fin Mario, se la metió, y  empezó a moverse lentamente, rítmicamente, sintiendo el calor que cubría su polla y la excitación de Natalia.
Los movimientos empezarón a ser más bruscos, pero sin violencia. Ella juntó más las piernas y apretó bien su vagina. Ahora si que notaba la polla de Mario, esas entradas y salidas, esas embestidas cada vez más rápidas, ese calor tan tenue y esa humedad tan deseada.
- Correte dentro de mi, cielo-
- Si nena, te lo voy a dar todo-

Ella ya había tenido un orgasmo durante la comidita de coño, pero ahora estaba a punto de tener otro. Fue feroz. Las convulsiones de su útero fueron largas y placenteras. Arqueó su pelvis de tal manera, que pareciera que iba a romperse por la mitad. Él cada vez, la montaba más rápido, más fuerte. Elevó las piernas de Natalia hacia sus hombros y movió sus caderas con fuerza, entrando y saliendo una y otra vez, diciéndole que la quería, que la necesitaba, que quería todo de ella. Y lo tuvo...
Mario tuvo todo lo de mi amiga, en su boca y en su polla. Y Natalia tuvo todo lo de Mario, dentro de ella.
Su vagina se llenó del liquido amargo y ligeramente espeso que tanto queria. Mario se quedó parado, no sacó su polla. Esperó a que todo saliera, quería seguir sintiendo ese calor que le mareaba y le ponía la piel de gallina.
Después un cigarro, una charla, un montón de risas, de caricias, de besos. Esos momentos que hacen que merezca la pena haber tenido un buen amante que aparte de sexo te da muchas otras cosas.

Natalia salió de su letargo. Era miércoles. Arrancó el coche de nuevo, puso su canción preferida y fue al Hotel dónde la esperaba Mario bebiendo una copa de vino y fumando los minutos, ansioso de verla.


Iré recuperando mis antiguos posts, para aquellos que no pudieron leerlos. Algunos los he perdido para siempre.


25 de enero de 2011

Probando, probando.

Comienzo este camino sola.
Sin nadie que cercene mis libertades ni pueda robarme lo que es mio.
Confio en que os guste todo lo que sale de esta cabeza, a veces atormentada otras veces en una calma que me lleva a una realidad paralela.


Mi primer post, será uno repetido. Ya lo escribí hace tiempo, en otro sitio, en otras circunstacias.
Algunos me recordareis, igual que yo a vosotros. Tuve que dejar de escribir porque mis dedos estaban agarrotados por el miedo y la angustia. Ya no venían a mi cabeza esas historias que me hacían arder por dentro y llenaban mi soledad de sueños no cumplidos.


A new edge is coming...